Segunda parte del XXIV Taller de Variedades y Manejo de soja 2021

Fuente: EEAOC, publicada en La Gaceta sabado 31 de julio de 2021

El pasado 21 de julio del corriente, se realizó la segunda jornada virtual del XXIV Taller de Variedades y Manejo de soja 2021, organizada por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC)

En esta oportunidad, técnicos de la Sección Zoología Agrícola expusieron sobre las plagas que ocurrieron en la soja Bt y presentaron resultados de ensayos para el manejo de estás problemáticas.

“En la campaña 2020/2021, las plagas más frecuentes en soja Bt fueron el picudo negro de la vaina (Rhyssomatus subtilis) y el complejo de chinches, representado por la chinche de los cuernos (Dichelops furcatus) y el alquiche chico (Edessa meditabunda) principalmente”, señaló el ing, Augusto Casmuz, integrante del área.

El profesional remarcó que estas plagas adquirieren mayor importancia en las etapas reproductivas de la soja, fases donde se evaluaron estrategias para el manejo de estas problemáticas. “En la actualidad, los insecticidas pertenecientes al grupo de los piretroides y los neonicotidoides son las principales herramientas químicas disponibles para el control de estos insectos. La aplicación de estos productos de manera criteriosa, basada en el monitoreo, la fenología del cultivo y considerando la rotación de los insecticidas, permitió un control efectivo del picudo negro de la vaina y de las chinches, minimizando sus daños sobre el cultivo, lográndose incrementos de los rindes que oscilaron entre un 20,9% y 31,9% con respecto a aquellas situaciones donde no fueron controladas estas plagas”, detalló el especialista.

Otros insectos que vienen incrementándose con el correr de los años en el cultivo de soja son las orugas pertenecientes al complejo de Spodoptera. En la campaña 2020/2021 se observó la presencia de S. cosmiodes, S. frugiperda y S. eridania, causando daños en las hojas y en las vainas de la soja. Los técnicos mencionaron que las estrategias evaluadas para el manejo del picudo negro y de las chinches en la soja Bt tuvieron controles parciales sobre las orugas de Spodoptera, debiéndose emplear alternativas más específicas en caso de que los niveles observados a partir del monitoreo lo ameriten.

Por su parte, la  licenciada Norma Coronel, de la Sección Zoología Agrícola, presentó la situación actual de  los nematodos en soja.

“El cultivo de soja es afectado por diversas plagas, entre ellas los nematodos fitoparásitos”, sostuvo Coronel. Remarcó asimismo que los nematodos fitoparásitos son animales microscópicos que viven en el suelo y se alimentan principalmente de las raíces de las plantas cultivadas. Ocasionan pérdidas de rendimientos al interferir con la absorción de agua y nutrientes.  Entre estos, se destacan por incidir negativamente en los rendimientos de la soja, el nematodo del quiste de la soja (Heterodera glycines) y el nematodo de la agalla (Meloidogyne javanica, M. incongnita y Meloidogyne spp.). Estos nematodos están ampliamente distribuidos en la zona sojera de Tucumán. Las altas temperaturas, los suelos sueltos y el monocultivo favorecen el desarrollo de estos organismos.

En las campañas 2019/2020 y 2020/2021 se observaron daños puntuales debidos a estos nematodos en lotes del este y sur de la provincia de Tucumán, con pérdidas que rondaron los 500 kg por hectárea según estimaciones de productores.  El signo típico del ataque del nematodo del quiste, es la presencia de hembras y quistes adheridos a las raíces. Este nematodo  se detectó en varios lotes de soja de la localidad de Los Pereyra en altas densidades poblacionales. Su presencia estuvo asociada a síntomas similares a los del “síndrome de la muerte súbita”, es decir, clorosis y necrosis internerval. Las plantas con síntomas más severos también estaban infectadas por el patógeno Fusarium tucumaniae (determinaciones realizadas en la Sección Fitopatología-EEAOC). El nematodo de la agalla se caracteriza por inducir la formación de agallas en las raíces de las plantas atacadas. Se presentó afectando lotes de soja de la localidad de La Cocha.

 Las poblaciones de este nematodo fueron elevadas, entre 681 y 1.858 juveniles/ 100 cm3 de suelo. Los síntomas observados fueron rodales con plantas de menor porte y plantas muertas. Estos nematodos no pueden erradicarse de los lotes infestados, por lo que hay que convivir con el problema. El empleo de cultivares de soja resistentes y la rotación con cultivos no hospederos son las principales prácticas de manejo para reducir el daño producido por ambos nematodos. La detección temprana y una correcta identificación de estos nematodos son herramientas esenciales para recomendar tácticas de control más apropiadas para el manejo de estas plagas.

Posteriormente, el panorama sanitario del cultivo de la soja en la presente campaña fue presentado por el Dr. Sebastian Reznikov, de la Seccion Fitopatologia.

El profesional destacó que dentro de las enfermedades que afectan el tallo y la raíz del cultivo al síndrome de la muerte súbita (complejo de Fusarium spp.) con valores de incidencia de hasta un 25%. También destacó a la podredumbre húmeda del tallo (Sclerotinia sclerotiorum) con valores de incidencia de 25 a 70% para lotes comerciales ubicados en el sur de la provincia de Tucumán y en las localidades de Los Altos y El Abra, Catamarca.

En cuanto a las enfermedades que afectan la parte aérea de la soja, mancha anillada (Corynespora cassiicola) y mancha ojo de rana (Cercospora sojina) fueron las más importantes para el ciclo agrícola 2020/2021. Ambas patologías presentaron mayores valores de severidad e incidencia con respecto a la campaña pasada.

Una particularidad de la campaña 2020/2021 fue la detección tardía de la roya asiática de la soja en la provincia de Tucumán (8 de abril), cuyo progreso alcanzó un valor máximo de severidad de 5% en lotes sembrados durante la primera semana de enero, sin afectar el rendimiento del cultivo.

Luego se presentaron los resultados de diferentes ensayos de control químico para el manejo de mancha anillada y mancha ojo de rana en los cuales se utilizaron mezclas de fungicidas de sitio de acción específico y multisitios.

Seguidamente, el técnico Miguel González, disertó sobre el manejo integrado de la podredumbre húmeda del tallo (S. sclerotiorum). Se presentaron los resultados de los ensayos de control biológico y químico realizados en la localidad de Los Altos, Catamarca.

Finalmente, el  ingeniero Gonzalo Robledo, de la Sección Suelos y Nutrición Vegetal se refirió a la fertilización del cultivo de Soja: Nitrógeno foliar, Azufre y Fosforo.

El especialista indicó que en la provincia de Tucumán, la superficie destinada a la producción de granos durante la campaña pasada fue de 265.900 has aproximadamente, de las cuales, el 64% fue ocupada por el cultivo de soja. Este bajo porcentaje de rotación durante años con gramíneas ha provocado la degradación física, química y biológica de los suelos. La degradación química, se traduce en importantes pérdidas de materia orgánica (MO) que constituye la fuente nutricional nativa del suelo. Este problema se agrava por la aparición de nuevas variedades con mayor potencial de rendimiento y la baja reposición de nutrientes. Por esta razón, en la subestación Monte Redondo se llevó a cabo durante la campaña pasada, ensayos para evaluar el efecto que tienen distintos nutrientes sobre el rendimiento y calidad de grano en el cultivo de la soja.

Detalle de los ensayos

El nitrógeno se aplicó de forma foliar en estado reproductivo del cultivo (R1-R2), con Urea a distintas concentraciones y acompañado de una fertilización fosfatada de base. Debido a que estos suelos presentan valores por debajo de los críticos para soja, solo se observó respuesta en el rendimiento al agregado de P.

Con respecto al azufre, se evaluaron distintas dosis de este elemento mediante el agregado de CaSO4 (20% de S). Se aplicó durante la siembra y acompañada por una fertilización fosfatada de base. En este caso los suelos presentaron valores de S disponible cercanos a 40 ppm, y el cultivo no respondió al agregado de este elemento, tanto en rendimiento como en calidad de grano.

Por último, se ensayó una fertilización fosfatada con dos dosis, 45 y 70 kg/ha de P2O5, mediante Superfosfato triple de Ca durante la siembra. El cultivo respondió a ambas dosis, pero sin diferencia entre las mismas, aunque la dosis más alta fue la que permitió no solo suplir las necesidades del cultivo sino también aumentar el contenido de fósforo disponible  en el suelo.