3er Taller de chía

29 de Agosto

CRECIENTE EXPECTATIVA

La gran demanda de conocimiento y la expectativa comercial por la chía en el Noroeste argentino es una de las señales de la necesidad que impulsa la realización del próximo Taller de Chía a realizarse este 29 de agosto en el campus de la Universidad San Pablo T (ver Programa) en el que se analizarán los desafíos y problemas de este cultivo, considerado sagrado para las culturas precolombinas en Mesoamérica.

Explicada en parte porque no hay muchos organismos  de investigación en producciones primarias que estén trabajando sobre este cultivo, la actual expectativa por la información que se brinde en esta instancia de transferencia, tiene sustento además en los crecientes rendimientos

observados en la cada vez más amplia superficie sembrada en las provincias de la región.

En gran parte la chía se exporta; una proporción importante se vende en las herboristerías y otra, más pequeña por ahora, se industrializa para producir aceite.

En Argentina comenzó a experimentarse con chía en en el norte del país: Tucumán, Salta, Catamarca y Jujuy. Fue en la década del ’90 a partir de los estudios de los ingenieros Ricardo Ayerza y Wayne Coates, de la Universidad de Arizona (Estados Unidos). Luego algunos productores continuaron trabajando en Salta. En el año 2007, la EEAOC retomó los estudios mediante un convenio firmado con una empresa que ya estaba produciendo y comercializando el producto y armó un equipo para abordar los estudios pertinentes.

Las primeras experiencias técnicas de manejo en el país se realizaron en base a recomendaciones de la EEAOC.

Es un cultivo que debe escaparle al frío durante los meses de mayo y gran parte de junio. En Tucumán la situación es azarosa, salvo en zonas pedemontanas; por eso muchos productores tucumanos tienden a sembrar más hacia el norte: de hecho, este año será una buena campaña en Bolivia, donde se ha empezado a trabajar mucho con la chía, en especial en la región de Santa Cruz de la Sierra, donde la cosecha está siendo buena, porque ellos no tuvieron problemas de sequía.

La actual temporada ha sido muy dura para el productor de  chía, aunque todavía  no contamos con cifras precisas de producción. Se habla de 70 mil hectáreas sembradas, de las que gran parte, entre un 70 y 80 por ciento, se ha perdido por los efectos de la intensa sequía estival. Se han logrado en cambio buenas producciones en el Valle de Lerma, Salta, que por ser un valle de altura cuenta con un régimen hídrico diferente al  llano; pero en Pichanal, Embarcación, Güemes y Tartagal, entre otras regiones, la cosecha se ha perdido.

   En Metán, donde hubo lluvias importantes, pudieron trillarse algunos lotes; y el la zona pedemontana de Tucumán (Famaillá, Lules, La invernada y Alpachiri) los hubo con buena producción y trillas de 850 a 1000. kilos por hectárea. El promedio, sin embargo, resultó bajo por la sequía de nuestro verano.

En la Estación Experimental se empezó a trabajar para resolver problemas de manejo y entender fenológicamente el cultivo; eso permitió que la chía fuera incrementándose en hectáreas y rendimiento. Por ahora no se habla de variedades, aunque hay empresas radicadas en Chile que están armando programas de mejoramiento y, a nivel global, existe un pool de variedades en una gran población. Incluso algunos separan la “chía blanca”, pero no son variedades estabilizadas. En esa materia todo está en el comienzo.

En el encuentro del día 29 de agosto los disertantes abordarán temas como manejo de cultivo, malezas y comercialización de la chía, entre otros; y como cierre está prevista una mesa panel.

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